La rueda del tiempo gira y las eras pasan , donde una época inicia, su tiempo transcurre y lo
que alguna vez fue conocimiento general se convierte en historia, para luego pasar a ser
leyenda (Robert Jordan 1990) en el dominio del manejo de la delincuencia, este fenómeno
tiene múltiples iteración a lo largo de la historia, donde las sociedades inventan una y otra vez
el sistema judicial, una modalidad de crimen y castigo, donde el porqué del actuar criminal no
concierne a nadie más allá del dominio del chisme, es con las distintas generaciones e
iteraciones de la civilización humana que se empieza a dar valor a la interrogante del porqué en
razón de intentar profundizar en la mente del criminal para poder derogar este pensamiento de
la mente del individuo antes de que actúe en sus impulso o sus decisiones, entonces algunas
sociedades llegan a la simple conclusión de que este actuar pertenece al dominio de los
factores demoníacos o espirituales, donde las influencia de las fuerzas sin nombre controlan la
mente del individuo obligándolo a actuar de manera inconformé a la sociedad, en interacciones
futuras, se dijo que toda influencia externa era secundaria, donde la voluntad humana siempre
prevalecía, y el actuar delictivo se volvía una noción de aquellos de moral y mente débil, que
actuaban por impulso dejando de lado las emociones y necesidades de los otros, luego
llegaron aquellos quienes argumentaban que ni lo uno ni lo otro, si no que era la propia
naturaleza del ser, medicamente hablando, que literalmente existía una parte del cerebro o de
la mente que obligaba al individuo a actuar de manera inapropiada o inaceptable socialmente
hablando. También hubo aquellos que meramente culparon a los factores económicos y
excusaron cualquier comportamiento criminal como una mera consecuencia de la sociedad en
la que vivimos, todos y cada uno de ellos tuvieron un parte de la razón y una de equivocación,
descartando a aquellos que culpaban a la posesión diabólica del comportamiento criminal ( a la
fecha de hoy sigue sin haber prueba alguna de fuerzas sobrenaturales más allá de del diablillo
que se roba mis pantuflas).
En nuestra era tenemos ciencia, y tecnología, esto nos permite tener una mejor perspectiva de
la mente del antisocial, gracias a lo que, ahora tenemos la criminología, una ciencia que busca
estudiar de manera empírica este fenómeno, con el objetivo de explicar y reducir. En nuestro
tiempo la criminología nos ha ayudado a descifrar algunos de los enigmas de la mente.
Muchas personas tienen un sesgo, no es su culpa, va de la mano con la experiencia humana,
una experiencia limitada cuando no se busca profundizar de manera deliberada, este sesgo es
la nostalgia, una idea de que el pasado era mejor que el ahora, de que las cosas empeoran a
pesar de que lo contrario es verdad, a la ciencia, la medicina y la criminología, las cosas
mejoran poco a poco, es importante recordar que, en otro tiempo, la gente resolvía sus riñas a
machete desenvainado, que a las niñas las raptaban de sus casas para casarlas, que las
empresas explotaban a los empleados, y una larga lista de circunstancias que son casi
alienígenas cuando las vemos a través del lente moderno, la criminalística, cuando es usada de
la manera adecuada, y cuando se logran implementar políticas adecuadas para lidiar con la
delincuencia, el impacto del estudio criminal nos permite crear políticas, nos permite
concientizar, nos permite informar, de la misma manera que los programas de humanización y
comunión que los diferentes órganos policiales usan para establecer conexión con la población
para generar confianza, los programas derivados de los estudios criminológicos nos permiten
establecer políticas y programas para reducir el crimen, desde aquellos que simplemente se
limitan a a ayudar a los pobres, como “chepe se baña” que busca mejorar la calidad de vida de
las personas que tienen necesidades, para darles una segunda oportunidad de asimilase a la
sociedad por fuera de la actividad delictiva.
La criminología nos permite crear un mejor país porque nos permite entender mejor el crimen,
nos permite entender las motivaciones de aquellos que lo cometen, y nos permite actuar antes
para prevenir que se den las circunstancias que promueven el crimen, nos permite darle
nombre al ignoto y nos permiten darle una historia, nos da poder sobre los individuos que
cometen crímenes, empatizar con ellos y humanizarlos, para crear programas de rehabilitación
para aquellos que pueden ser parte de nuestra sociedad, y si bien es cierto que, desear por
una sociedad sin crímenes es antitético con la idea del libre albedrío, luchar para decirlo lo más
posible es, una de las causas más importantes en favor de una sociedad más avanzada , una
sociedad mejor, donde el individuo que comete crímenes es sometido a un juicio justo para
permitirle a aquel que lo merece una oportunidad de redención. Y para el que no, una ruta de
salida para que su actuar no sea una carga para los demás.
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